Los libros son para leerlos, no para atesorarlos y que críen polvo. La gente que más los guarda y recuenta no es la que más apego tiene a lo que dicen [...] Lo que tienes que hacer tuyo y entretejer con tu vida es lo que dicen. Cuando vale la pena, claro. Se llega a crear una simbiosis entre lo que has leído y lo que vas viviendo y pensando que, a veces, da miedo.

El libro luego es como la sepultura de un ser querido, le vas a poner flores, pero no sirve de nada. Su alma no está allí, revolotea por los lugares en donde dejó su semilla. O sea, dentro de nosotros.

"La Reina de las Nieves". Carmen Martín Gaite
























Unha casa de meu.

Un piso non. Un apartamento que dea atrás non. A casa dun home non. A dun pai non. Unha casa de meu. Co meu pórtico e a miña almofada, as miñas preciosas petunias púrpura. Os meus libros e os meus contos. Os zapatos agardando a carón da cama. Sen ter que perseguir cun pau a ninguén. Sen ter que recollerlle o lixo a ninguén.

Só unha casa silenciosa coma a neve, un espazo ao que poder ir. Limpo como o papel antes do poema.


"A casa de Mango Street". Sandra Cisneros.