La gente vive un poco como los ciegos y, por lo general, eso le basta. Incluso diría que es cuanto persigue, evitarse quebraderos de cabeza y preocupaciones, llenarse la panza, dormir, meterse entre los muslos de su mujer cuando le hierve la sangre, hacer la guerra porque le dicen que hay que hacerla y luego morirse sin saber lo que hay después, pero esperando, pese a todo, que haya algo. A mí, desde muy pequeño, me gustan las preguntas y los caminos que llevan a las respuestas. Por lo demás, a veces, acabo no conociendo más que el camino, pero eso no es tan grave: ya he avanzado.

"El informe de Brodeck". Philippe Claudel.