O segredo de Heba
berce
abelorios
en coiros
enredos
pasta de modelar
Y entonces, cuando empiezan a entrarme ganas de llorar, mi autoestima me coge de la mano y me susurra al oído: "no les hagas caso, ¿qué sabrán ellos?" Y tan contentas.
Nadie es perfecto.
Barbara Alpuente.
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