Mi fragilidad memorística es causa de numerosas pesadillas. No es que olvide las cosas, no. Mucho peor: es que no las recuerdo [...]. La angustia produce muchos sufrimientos. Prefiero directamente el olvido. Olvidar es una acción sencilla, se olvida del mismo modo que se duerme. Pero no tener memoria y no poder recordar es como tener sueño y no poder dormir.

Artigo en Yo Dona (nº149). Carmen Rigalt.

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